Antananarivo, 4 de mayo 2023

Son pasadas las 12 de la noche y con más de 30 horas de viaje, y muy poco dormir, llego a Antananarivo, “Tana” para los amigos, capital de Madagascar. ¡Llega mi maleta!, ahora tengo dos maletas y una sola espalda.

Hago los tramites de entrada, pago mi visa por 60 días sin problemas y ¡hasta me aceptan la tarjeta de crédito! ¡Esto huele bien! Ya, necesito dinero local y un chip para el celular, esperando que la señal sea buena. Estar conectada me da seguridad.

El chofer del taxi que me mandó el hostal me dice en un franglish que chip sería mejor comprarlo en la ciudad mañana y para cambiar dinero, que lo siga. Había leído en un blog que el mejor cambio te lo daban en una “casa de cambios” saliendo del aeropuerto, asique me pareció todo normal.

No me reten, pero sin querer y sin darme cuenta, me encuentro en el estacionamiento, dentro de un taxi destartalado, con tres hombres que podrían degollarme si los aburro y gordos fajos de billetes, que bien podrían ser del Metrópoli. Hay 5 hombres más esperando afuera a ver que resulta de la transacción.

– ¿Cómo llegaste a esta situación ilania? ¡por la cresta!

Me despabilo, entro en razón y, después de haber cambiado “sólo” la mitad de mi presupuesto, les digo: eeeehhhh…mmm… ¿can you give me a minute please? Un moment s´il vous plait, dejo todo menos mi banano en el taxi, aparentando que todo está bien…Si, más lo que wevié por la maleta y ahora se las dejo, las dos, a un montón de desconocidos que me están cambiando dinero en el mercado negro. Sin comentarios. La cosa es que con cara de “voy y vuelvo”, entro al aeropuerto, compro el chip con los billetes que me entregaron y los hombres de la tienda los tomaron… se me apretó la guata y con mi mejor cara de póker espero a ver qué pasa. Abren un cajón, ¡sacan el chip y… el vuelto! ¡Es real money! ¡Yeiiiiiiii!. Vuelvo al taxi, me encierro con los chiquillos y, a falta de posibilidad de usar tarjetas de crédito en este país, la advertencia que los cajeros automáticos son escasos y la poca plata que se puede girar, cambio toda la plata. Con todo si no ¿pa´ que? En Madagascar los billetes son de baja denominación y ahora tengo demasiados. No hay como meterlos en los bananos de billetes sin parecer embarazada de 7 meses. Me compré, además, uno muy cool en Amazon para colgar del sostén…. O sea…. 7 meses y 3 pechugas: 0 posibilidad.

En el camino se arregla la carga, ya veremos qué hacer.

Quiero acostarme y tratar de dormir. Una cama, una ducha, ver dónde estoy, conocer. Estoy muy cansada, pero también muy ansiosa y emocionada. Hace frio, pero igual dejo un poco abierta la ventana del taxi Renoleta (R4) del año … ¡ni idea! Del año en que se hacían Renoletas (se dejaron de producir el 92). Saliendo del estacionamiento del aeropuerto a mano derecha veo, ya con las luces apagadas a esa hora, la casa de cambios.

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