Madagascar 1

Voy en el taxi, parto con 64 kilos de ansiedad, colon irritable y miedos, algunos míos, pero sobretodo ajenos. ¿Por qué las personas son tan buenas para traspasar sus miedos? «Te van a secuestrar», «Te van a descuartizar en la montaña», “¿y te vas sola? ¿A África?”… y lo peor, ¿por qué los hacemos nuestros?

Toda la investigación previa al viaje decía que sería muy difícil, duro e incómodo. Que nadie habla inglés (me inscribí en un curso intensivo de francés, que para mí era igual al chino), que las carreteras son pésimas, que el transporte público es peor, que no funcionan las tarjetas de crédito (el común de la gente allá no tiene acceso a tarjeta de crédito, dicen que los hoteles de categoría superior aceptan tarjetas, pero parece que esta fuera de mi rango, en ninguno de los que estuve existía la opción, sólo la pude usar en una joyería en la capital), los cajeros son escasos y el dinero que te entrega es poco.…. Que un par de parejas blogueras se aburrieron y arrancaron a islas Mauricio y Reunión. En fin, parece que no es el país mas fácil y si, estaba preocupada, pero, como soy bien arrecha, me compré el pasaje a penas sentí que el miedo se estaba apoderando de mí. No me las va a ganar.

Jugué con las fechas y combinaciones del pasaje para hacerlo lo más barato posible, escogiendo AirFrance, por ser más directo y más cómodo, ya sabes, Madagascar fue colonia francesa asique hay vuelos directos de/a París…además recordaba que daban un quesito camembert muy rico. Si! Me vendí por un quesito. Como si fuera una principiante, no me fije que los pasajes me dejaban 31 días en Madagascar. La visa es por 30 días…. cresta! Me imaginé presa por estar ilegal 1 día… que me agarraban en la salida y me metían a una cárcel del terror donde nadie hablaba un idioma comprensible y me iban a dejar ahí para siempre… no había página con indicaciones de la Visa, estaba en construcción en ese tiempo. Llamé al consulado de Madagascar en Chile, nadie contestaba, nadie respondía mis correos. Partí a tocar el timbre, pero hace años que el consulado no estaba en la dirección que sale en internet. Apele a un amigo en el ministerio de RREE y sus averiguaciones arrojaron la muerte hace años del cónsul y que nunca había sido repuesto.

Sufrí más de un mes y al fin subieron la página web de visas de Madagascar y ¡SI!! existen visas por 60 días. ¡Me salvé de la cárcel! Una preocupación menos.

Un problema más: la salud. Claro, fácil, sacar seguro de salud…sólo que vas a andar en el cerro, en pueblos pequeños, días en parques… es un país muy pobre…. ¿Dónde te vas a atender? y que te den boleta y la puedas reembolsar?, ¿Quién te va a rescatar? ¿ambulancia? no lo creo. No te enfermes, no te caigas.

Fui al doc a ver las vacunas, profilaxis y buen botiquín para el viaje. Ya tenía casi todas las vacunas, pero hay que hacer profilaxis para la malaria. Me dio dos opciones: unas pastillas que manchan la piel porque te hace mas sensible al sol (pensaba pasar 1 semana en la playa) y el otro que no mancha, pero es más caro. Me dije: es un viaje re caro, ¡no me voy a cagar en las pastillas!, en internet la Cruz verde decía que costaba como 80 lucas la caja…. necesito 4, ¡shit! Busqué en todas las farmacias, no hay. Busqué en Argentina, Brasil y Ecuador, NO hay.

Pregunté a papá viajero, que no sabe, que el Felipe (productor) se encargaba de eso. Felipe me dice que la mandaban a comprar a Canadá y alguien se las traía, Cagué. En blogs decían que en Madagascar no habían remedios para la malaria.. que a veces se podía encontrar en una farmacia en la capital…si tienes suerte.

Al final, una semana antes del viaje tuve una reunión con mis doctores favoritos, la Vero y Pedro Silva, y quedé con un botiquín digno de un policlínico, compré la segunda opción para la Malaria que costaba 4 lucas la caja y me compré mucho bloqueador, con la diferencia en el costo de las pastillas, me alcanza para el peeling desmanchador a la vuelta.

Segundo error, escala en París muy corta. Si compraba el vuelo Chile – Madagascar haciendo cambio de avión en Paris me costaba casi un millón de pesos más caro que si compraba los tramos por separado.
Compré, por separado, la misma combinación que me ofrecía la opción «unificada». La escala era bien corta, pero al ser la misma línea aérea, asumí (no asumas nunca) que la maleta llegaba directo a África y no tendría que hacer todo el trámite de sacar maleta, salir de Francia, entregar la maleta, entrar a Francia y tomar vuelo a África. Craso error. A mi favor, debo decir que llamé por teléfono y la mujer de AirFrance que me contestó, me dijo que unificaría la reserva para que fuera más fácil para mí. Pasó un mes y aun salían dos viajes separados en la pagina de la línea aérea… llamé nuevamente y me dijeron que obvio que no se unificaban… por eso era mucho más caro comprar todo junto… porque la maleta te llega directo y no sufres… yo compré separado, más barato asique me toca sufrir. Simple.

Me acordé que los famosillos de la familia acuden a un hombre muy clever que les ayuda en todos sus problemas de viajes, lo llamé y en pocas palabras, me dijo que estaba bastante jodida. Nada que hacer. Como medida desesperada, la tarde del día antes partí a Decathlon y me compré varias cosas “de repuesto” para meter en mi maleta de cabina, asumiendo perdería la maleta de bodega.

La última opción: llorarles a las personas del counter en aeropuerto.

Es el día, llego al aeropuerto, mi primera vez en el nuevo terminal internacional! que lindo y ….. y sólo hay máquinas de autoservicio, ¡maldita tecnología! La máquina sólo da opción de sacar el pasaje y maleta a Paris. Le hablo y le explico, pero la máquina de mierda no tiene sentimientos.

Estoy jodida pienso, cuando de pronto, veo ¡un ser humano! una elegante mujer con uniforme de AirFrance que habla con otros pasajeros. ¡Al fin una esperanza! Me acerco, espero que termine y le hablo dulcemente: “Hola, buen día, sabe, tengo un problema”. Me mira hacia abajo (tenia tacos muy altos y yo estaba muy disminuida) y me responde: yo tengo muchos y ¡se va!! ¡la mina se vaaaa! Con sus malditos tacos y su impecable uniforme, ¡así como si nada! -#$%*$#%$* pienso.

A rogar porque el vuelo salga puntual, que mi maleta sea la primera en salir en Paris, que no haya fila en la aduana, que no haya fila en el check-in en Paris, que no haya fila para salir de Francia, que el vuelo a Madagascar me espere, todo eso en 1 hora y 50 minutos. O perder la maleta no más.

Voy a la cinta para dejar la maleta, traté de pasar lo más posible a mi maleta de cabina y poner cara de que llevo poco peso. Un hombre mayor me la recibe y me regala una sonrisa que se dibuja como una
puerta para preguntar si existe alguna forma de recuperar mi maleta si no alcanzo a retirarla y queda en la línea en París dando vueltas por un mes. Me pregunta para donde voy, hasta donde tengo pasaje y le cuento todo y pregunto: ¿La puedo recuperar algún día? ¿Debo escribir algo especial en la etiqueta? Ladea la cabeza y me observa con amabilidad. Me pide el pasaje que tenía impreso y lo hace una bolita, escribe en su teclado, imprime una etiqueta, rompe la que yo había pegado en mi maleta y me dice, listo, su maleta se va a África. -¿Qué!!!?, ¿África!!!?. Quería llorar, llorar y abrazarlo, pero me contuve no sé por qué. Es un ángel, siento que voy con un ángel…o Angela.

Ojalá llegue a tiempo la maleta. Ya no importa, no se porque ya no me importa si llega. Estoy tranquila, me siento bendecida.

Doy gracias a mis ángeles, mi Angelita, mis amigos de la ofi que me llevaron a misa el día antes para que me dieran la bendición, al amor de todos.

¡Gracias, Gracias, GRACIAS!!!!

Llego a la puerta de embarque, al frente hay un café. Me compro muchas cosas ricas y un buen vaso de café filtrado para celebrar, me supo a paraíso. Ese es el momento cuando, para mi, comienza el viaje. Cuando paso policía y me siento en algún café cerca de mi puerta a esperar el vuelo. La suerte está echada. Ya no soy yo, es la Ilania viajera, la que lo deja todo atrás y se reinventa y se transforma de acuerdo al lugar y las condiciones. La que se mueve por la intuición, más que la razón. La que se va de estudiante del mundo a ver, conocer gente nueva, paisajes nuevos y una nueva forma de relacionarme con las personas. Ya no rigen los estándares sociales, los prejuicios y juicios que hacen y haces en tu entorno.   Estoy en el mundo, donde eres sólo una persona más, un alma sin etiquetas y donde te ven por lo que eres, es maravilloso.

Vi una bella película partiendo el vuelo. De una mujer que se va a la mierda y en ese hoyo se va a la punta del cerro sola. A vivir o morir. De las 256 películas disponibles de di play a esa sin saber de qué trataba. Lloré… pucha… no estaba ni oscuro todavía asique todos me miraban, que vergüenza. No sabía que las lágrimas sería compañeras permanentes en este viaje y ¡ojo! que no estoy en el hoyo, pero me llegó al alma, el sufrimiento, el duelo, aislarse. Siento compasión por ella y por mi. Se llama LAND en inglés.

Y bueno, el estrés acumulado antes de partir también debe ser una de las causas de mi hipersensibilidad. Me emociono fácil, veo amor en todas partes.

Después vi LOS CORISTAS, la había visto hace mil años, me gustó tanto como entonces. También lloré. Por suerte ahora si habían apagado las luces de la cabina.

PD. El queso que me dieron era un queso crema marca “la vaquita que se ríe”. Maldición, es re malo, y el pan no estaba fresco.

Hasta mañana.

3 thoughts on “La maleta

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